Terminó de ajustarse la calcita para ir al gym y le sonó otra vez el bendito teléfono. Ese que trina todos los días con propuestas de trabajo, con noticias de estos pagos y con invitaciones -de sospechosas intenciones- de parte de futbolistas del momento. Ella se siente halagada y recibe todas las llamadas con una sonrisa desde su departamento en el barrio fifí de Belgrano, en Buenos Aires. Pero muerde sólo algunos anzuelos, no todos.
"Una sola cosa quiero aclarar: todo lo que se ve en la ’Playboy’ de junio es mío, todo natural, aunque hayan dicho lo contrario", dispara Solange Gómez Abraham sin que nadie se lo pregunte. Y cuenta que se está preparando para lo que se viene, por eso lo del gimnasio y algunas clases de actuación.
La tucumana que se hizo conocer en todo el país como una de las estrategas más astutas del último Gran Hermano baraja varias ofertas para volver a la pantalla chica y una de ellas, según se rumorea, es conducir Gran Hermano 2012, que se proyecta para comenzar a fin de año. Ella no lo sabe, o se hace la que no lo sabe, y cuando conversa con LA GACETA por teléfono deja colar una sonrisa de timidez. "Ojalá", contesta. La tucumana de 22 años, que se recibió de chef pero cambió la repostería por la fama mediática, prendió fuego a varias cocinas con su desnudo en la más famosa revista para hombres, y logró que se agotara en los quioscos de todo el país. Algo tiene esta chica que llama tanto la atención.
- Fuiste la única chica de Gran Hermano que renovó contrato con Telefe, ¿por qué vos sí y ellas no?
- Supongo que los productores me ven algún potencial para hacer algo interesante y que ganen ellos y yo. Me dijeron que ya había algo pensado para mí, pero hasta que no se concrete no puedo contar...
- Si pudieras elegir, ¿qué harías en la tele?
- (Risas, de nuevo tímidas) ¿Sabés? Me gustaría conducir un programa infantil, algo con chicos, tipo Xuxa (más risas). Yo lo dije en el canal, pero no sé qué es lo que me van a proponer.
El mundo por delante
Además de Telefe, la agencia de modelos Life Checa también abrazó a la sensual tucumana y la tiene en carpeta para desfiles y eventuales campañas publicitarias. "Me gustaría hacer una campaña de productos para el cabello, como tinturas o champú porque me animo al cambio de look, a teñirme o a cortarme el pelo. Y mirá que amo mi cabello", dice, pero asegura que lo que más le gusta de su cuerpo es su mirada de turca heredada a mamá. Y de tanto bla bla vino por fin la parte importante:
- ¿Te ratoneó posar desnuda ante un fotógrafo para millones de hombres?
- Mmm... no. De hecho estuve muy nerviosa y me tuvieron que convidar un poquito de whisky para hacer la sesión, que fue desde el mediodía hasta la noche. Me sentí cómoda después, pero al principio estaba nerviosa. Me costó porque tuve que hacer el papel de algo que no soy, una comehombres, y lograr que las fotos sean creíbles.
- ¿Y qué dijo papá?
- Él está chocho, pero en realidad vio una versión especial de la revista, una edición limitada: en la tapa aparezco con un tapado de pies a cabeza, apenas se me ve el pelo. Creo que no vio la de los quioscos (risas).
- ¿Te da miedo verte enredada en el mundo de los chimentos?
- Ya me pasó, apenas salí en la tapa de "Playboy". Una chica de Gran Hermano salió a criticarme pero yo decidí no contestar. No es el perfil que me interesa tener. No quiero que me relacionen con quilombos ni con futbolistas, a pesar de que hay algunos interesados...
- ¿Te llaman los futbolistas?
- Varios, sobre todo uno de la Selección que me invita a comer y a salir, pero yo no acepto. No quiero entrar en eso, yo no soy un gatito.
- ¿Es muy feo el jugador?
- (Carcajada) No, es lindo, pero no acepto. Están tan acostumbrados a que todas caigan... Pero ahí se equivocan conmigo.
A Solange, que asegura haberse llevado mejor con los chicos que con las chicas de Gran Hermano, también le llegaron propuestas para hacer teatro y es probable que integre algún elenco de plumas y conchero en Mar del Plata o Carlos Paz. Ella dice que se anima a todo y que está dispuesta a probarse en las tablas. Habla, conversa, cuenta cosas y responde todas las preguntas sin problemas. Tiene voz de niña, pero no parece asustarse ni un poco ante las puertas que se le están abriendo. Y todo lo que hizo, lo volvería a hacer.
- Para terminar... ¿en serio todo eso es natural?
- Todo. La única vez que entré al quirófano fue por apendicitis. Todo esto es natural.
